Behind.

Un trozo de espejo, un vaso con agua, una canica que no sabe girar, unos gritos envasados al vacío que nadie quiso nunca escuchar, una mirada en una cámara de fotografía, una gran bola de cristal que refleja el cielo, un arcoiris pintado en un trozo de servilleta, dos palabras escritas con rotulador en el marco de una puerta, un nombre, una sonrisa, una canción, siete frases de siete palabras, miles de listas de cosas que nadie entiende;
papel y un bolígrafo.

viernes, 27 de julio de 2012

Polaroid.

Se me escapan los instantes. Ya no son míos.
Todos esos lugares que he visualizado y que he querido retener acabarán desapareciendo, lo sé, me ha pasado. Aquellos segundos que merece la pena tener pegados a las paredes del cerebro, yo, los quiero en la pared de mi cuarto y por todas partes. Y no, no los quiero en un formato digital con alta resolución de cámara reflex de 500 € y un objetivo de la hostia en el cual se pueda ver hasta la más mínima imperfección del paisaje. ¿Para qué?
Quiero que mis recuerdos queden enmarcados por los bordes característicos de una polaroid antigua, que salgan al instante, no tener que esperar o que depender de un ordenador para poder tenerlas.
No quiero depender de cables, enchufes, movidas digitales...
Di lo que quieras; "es porque está de moda", "te vas a cansar de ella", "los carretes son muy caros y no vas a comprar más de uno", "gastarás inútilmente las fotografías"... Lo que te de la gana, si lo quiero es porque lo he pensado, es porque tengo unos motivos y unas razones. 
No es un capricho, me molesta un poco que se entienda como tal.
Los caprichos se me pasan, nunca me duran más de un mes. No me peleo por mis caprichos, ni me busco bronca por ellos. Esto no es un capricho.
Pero te has empeñado en entenderlo como tal. Para ti no quiero nada, solo me encapricho de las cosas por molestar y para hacerte gastar.
No sabes la rabia que me das cuando me dices esas cosas, cuando parece que no entiendes absolutamente nada.
Si hubiera tenido una polaroid antes hubiera fotografiado un instante en el que tú y yo aún nos lleváramos bien. Y aunque para eso sea un poco tarde, tal vez haya otras imágenes que puedan ser mías.
Así que, lo siento si te molesta, si te sienta mal o te repatea que al final haga lo que me de la gana. Voy a tener una polaroid y me incinerarán con ella el día de mi muerte.

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