Behind.

Un trozo de espejo, un vaso con agua, una canica que no sabe girar, unos gritos envasados al vacío que nadie quiso nunca escuchar, una mirada en una cámara de fotografía, una gran bola de cristal que refleja el cielo, un arcoiris pintado en un trozo de servilleta, dos palabras escritas con rotulador en el marco de una puerta, un nombre, una sonrisa, una canción, siete frases de siete palabras, miles de listas de cosas que nadie entiende;
papel y un bolígrafo.

sábado, 23 de abril de 2011

Si tienes que marcharte llévame en una maleta. Yo prometo no pesarte, tu procura no perderla.

No podía creer lo que veían mis ojos, pero ahí estaba; de pie apoyado en la puerta mirándola empaquetar sus cosas. 
Ya la había preguntado miles de veces a donde y por qué se iba. Pero sus respuestas siempre habían sido muy confusas y un "volveré pronto" las adornaba todas de una manera un tanto dramática. No iba a volver, se marchaba para siempre y yo quería abrazarme a ella para no dejarla marchar, o para obligarla a llevarme a su lado. Y sin embargo estaba parado mirándola con las lágrimas a punto de resbalar por mis mejillas, sin mediar palabra, sin dignarme a decirla que la quería aunque solo fuera una vez.
Mi mente a penas daba a basto, quería decir algo pero no sabía que tenía que decir o que era lo adecuado... "¿buen viaje?", "¡Nos vemos!", "Au revoire"... Todo frío y horrible demasiado lejano para decirle a aquellos ojos verdes a los que quería tanto.
¿Y entonces? Me negaba a decirla "Adiós" eso significa demasiado tiempo y aunque tal vez no regresara, yo aún conservaba esa esperanza.
Abrí la boca para decir algo en el momento en el que ella se giraba para mirarme. Y ahí estabamos los dos; ella clavando sus dos grandes y preciosos ojos verdes en mi y yo acelerando mi cabeza para decir una frase que impidiera su inminente partida.

"Es increible que esté ahí parado sin más ¿acaso no va a decirme nada?" pensé mientras terminaba de preparar las maletas. ¿Por qué solo me miraba?  una sola palabra suya y me habría quedado a su lado. Pero claro, eso él no podía saberlo... y allí estaba mirandome fijamente. 
Llevaba semanas preguntandome a donde y por qué me iba. Y mis escasas respuestas parecían haberle dejado conforme; tal vez si no hubiera dicho "volveré pronto" se hubiera preocupado algo más. Y ahora me dolía haberlo dicho, yo no iba a volver. Quería irme, irme para siempre. Para no tener que estar más aqui.
Me hubira gustado decirle la verdad. Me iba todo lo lejos que se me había podido ocurrir, para cumplir mi sueño aunque eso significara abandonar a aquel chico moreno cuya sonrisa hacía que todo a mi al rededor pareciera insignificante.
"Tengo que decirle algo" pensé. ¿Pero qué? ¿Que podría haberle dicho yo para que se viniera conmigo hasta el fin del mundo? "Te quiero", "te necesito", "¡Deja de mirar y empieza a preparar tus cosas!" no, no era capaz y eso me iba a pesar hasta el fin de mis días. 
Me giré y vi como su boca entreabierta iba a decir algo, me quedé mirándole con atención esperando oir esas palabras.

-No quiero que te vallas- dije en voz baja, pero creo que ella me oyó- quiero que te quedes conmigo.
-No quiero que te quedes- contesté al oir sus palabras- quiero que te vengas conmigo y seamos libres juntos.
-Te necesito aquí conmigo.
-Te necesito allí conmigo.
-Entonces, ¿Nos vamos?
-Si, vámonos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario