Behind.

Un trozo de espejo, un vaso con agua, una canica que no sabe girar, unos gritos envasados al vacío que nadie quiso nunca escuchar, una mirada en una cámara de fotografía, una gran bola de cristal que refleja el cielo, un arcoiris pintado en un trozo de servilleta, dos palabras escritas con rotulador en el marco de una puerta, un nombre, una sonrisa, una canción, siete frases de siete palabras, miles de listas de cosas que nadie entiende;
papel y un bolígrafo.

jueves, 22 de septiembre de 2011

Tus seis minutos de vida.

Dale al play y escucha, antes de leer nada más, las primeras notas. 
Los primeros 41 segundos de historia.



Quiero hacerte feliz. Durante seis minutos quiero que escuches esa canción y te olvides de todo. 
Necesito que saques de tu cabeza los gritos y las acusaciones. Los problemas, las miradas acusatorias y toda esa mierda que te impide sonreír de verdad.
Durante seis minutos existen en este mundo las teclas que ves, los colores que se reflejan en ellas y tu sonrisa. No hay nada más para ti y si de mi dependiera siempre sería así. Sin miedo, sin lágrimas, sin distancias ni números estúpidos. Durante seis minutos tienes derecho a ser feliz, a quererte, a necesitar un abrazo.
Puedes llorar, puedes gritar puedes, si quieres parar la canción, dejar de leer y largarte de casa dando un portazo.
Tienes seis minutos para amar el mundo. Seis minutos para escuchar en tu cabeza como te pido que al fin seas libre.
No tienes que hacerme caso ¿quien soy yo para pedirte nada? ¿Qué puede cambiar, si todo va mal, que durante seis minutos dediques todos tus pensamientos a ti mismo? 
No, es verdad, el mundo no va a girar más rápido en seis minutos. No se va a parar el tiempo, no vas a crecer, no voy a dejar de escribir, no se va a escribir una historia en seis minutos.
Pero eso no importa, a mi no me importa. Yo solo quiero regalarte seis minutos y que, si los necesitas, le des al play una y otra vez hasta hartarte. Hasta estar bien contigo mismo y con el mundo.
Te regalo seis minutos para que eches la cabeza hacia detrás y sueñes con un beso, un abrazo, una risa, un recuerdo... que formes en tu cabeza las ideas y pensamientos que se acumulan escondidos. Que te piden salir.
Quiero que sientas como mis dedos se deslizan por el teclado como si fuera un piano, para hacerte cosquillas en el estómago y arrancarte un suspiro. Porque muchas veces yo hubiera sonreído de haber  tenido seis minutos para olvidarme del mundo, para pensar que pronto podré ser feliz lejos de los gritos y lejos del miedo. Seis minutos para recordarme a mi misma que las cosas no tienen porque estar mal.
Joder, que yo me he sentido como tú y mil veces peor y mil veces mejor.
Y si no quieres, si no te importa, si esto no te llega olvídalo. No necesitas seis minutos porque ya eres feliz.
Así que, lárgate de aquí y disfruta de cada segundo como si no hubiera modo de consumirlo. 
Que siempre podrás volver a reclamar tus seis minutos de vida.

2 comentarios:

  1. Acabo de leer esta entrada, y la música aún suena en mi habitación. No tengo palabras para describir todo lo que me has hecho sentir, pues aparte de las ganas de llorar ha habido algo más, más dentro del alma y menos en el corazón. Has sido capaz, con tus palabras y la música, de calmar algo que tenía nombre y que ahora permanece agazapado en un rincón (el miedo)
    Hace unos días decidí dejar de escribir, olvidarme de mis sueños y ser lo que los demás querían que fuera, pero, gracias a esta entrada, a ti, a tus palabras y a la música he decidido continuar con mis sueños, escribir hasta que me harte o hasta que las voces en mi cabeza se callen. No sé porqué te cuento todo esto, quizás porque el cambio te lo debo a ti, o porque quizás, en el fondo, pienso que si alguien me va a comprender eres tú, pues también escribes y seguro que alguna vez has sentido lo mismo que yo.
    Muchas gracias, de nuevo, por las palabras que con tanta precisión escribes. Gracias por soñar y por darme seis minutos de vida.

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  2. Nunca, por nada del mundo dejes de escribir. No importan los motivos que te impulsen a ello o cuantas veces pienses que lo que haces no vale la pena. Cualquier tontería, nimiedad, imbecilidad o parrafada sin sentido merece la pena ser leída. Y si estás mal, muchas veces escribir puede ser la mejor manera de no pensar en la mierda del mundo.
    Tienes 6 minutos de vida para usarlos como quieras y tantas veces como quieras. Si hace falta, te regalo yo los míos.

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