Behind.

Un trozo de espejo, un vaso con agua, una canica que no sabe girar, unos gritos envasados al vacío que nadie quiso nunca escuchar, una mirada en una cámara de fotografía, una gran bola de cristal que refleja el cielo, un arcoiris pintado en un trozo de servilleta, dos palabras escritas con rotulador en el marco de una puerta, un nombre, una sonrisa, una canción, siete frases de siete palabras, miles de listas de cosas que nadie entiende;
papel y un bolígrafo.

domingo, 3 de julio de 2011

¿Fumas?

Mientras sonaba su voz amarga pero suave, yo dejaba caer hacia atrás la cabeza soltando el humo por la boca y notando su vibrante sabor me acariciara la lengua y me abrasara la garganta.
Bob Dylan primero. Luego Eric Clapton, The Beatles,The Who, Foo Fighters, Bob Marley, Queen...
Y después silencio. Cada palabra de cada canción de cada artista se había colado por los aros de humo que se deshacían con ese contacto. A mi me gustaba ver como una canción rompía un aro y hacía una voluta. A lo mejor no pasaba, a lo mejor me lo estaba imaginando. Pero siempre es bonito pensar que es posible.
Otra calada y una nueva lista de reproducción. Que canciones tan sangrantes.
Estas no rompen mi humo, me parten a mi aunque ya hubiera comenzado a deshacerme antes... mucho antes.
Marea, Extremoduro, Platero, Fito y Fitipaldis, Sabina,  Celtas cortos, Love of lesbian. Todos parecen saber que decir en cada momento. Tienen la palabra, el ritmo, el sentido, el bajo, la batería, la voz... ¿normalmente soy capaz de fijarme tanto?
La verdad es que creo que no.
Entre calada y calada van surgiendo canciones y más canciones. Unas me gustan más otras menos. Pero todas me hacen pensar algo, lo que sea. El humo invade mi habitación y mi cabeza. Me duermo, tal vez esté demasiado relajada... demasiado quieta. Pero algo en mi estómago me dice que si me levanto me caeré y me haré daño.
Prefiero no moverme. Respiro hondo y cierro los ojos. Me tiemblan los párpados y sonrío. Me gusta pensar que hay una mariposa posada en cada uno de ellos, no pueden moverse bien y tiemblan.
En mis párpados no hay nada, evidentemente. Tampoco hay nadie en mi habitación, fumando conmigo, aunque a mi me guste pensar que si.
Suspiro y vuelvo a tragar humo. Ya no sabe tan bien como al principio, no sabe como cuando realmente lo que quieres es evadirte de todo. Pero sigue saliendo precioso de mi boca, haciéndome ver imágenes imposibles de dibujar con humo. Tal vez es porque ahora no puedo moverme. O simplemente no quiero.
Me balanceo en mi asiento al compás de una melodía suave que me llena y hace que mueva los labios.
La musito, no emito ningún sonido.
La murmullo, apenas yo misma soy capaz de oirme.
La canto, no está mal. Podría sonar mucho peor.
La grito, me he puesto de pie. Muevo mis caderas con los brazos extendidos hacia arriba. Me abro paso entre el humo que se filtra por mi piel y que recibo con cada movimiento de mis bailes ilógicos.
Me caigo y toso. Toso hasta ponerme roja, hasta quedar sin aliento y casi ahogarme. Toso hasta que duele, quema, rasca y molesta. La tos sigue no siminuye y yo me encojo en el suelo.
Poco a poco dejo de toser y no sé si quiero fumar más. Por ahora no. 
Noto algo en mis mejillas, están húmedas. ¿Estoy llorando? 
Hago un esfuerzo que, a mí, me parece sobrehumano y palpo mi cara en búsca de las lágrimas. Si, estoy llorando. Y me sorprendo. 
No quiero pensar por qué estoy llorando, tal vez porque ya lo sepa o a lo mejor simplemente no necesite ser consciente. Estoy bien aqui tirada llorando sin motivo ni razón aparente, me gusta esta confusión y sollozar no es tan malo si te acostumbras.
Me río, bajito y sin demasiadas ganas. Pero me estoy riendo y me gusta.
Me incorporo despacio y me seco las lágrimas con el dorso de la mano. Vuelvo a fumar de nuevo y me siento bien. No me importa estar sola y no saber que quiero o que dejo de querer.
Ahora solo puedo ver el humo y escuchar la voz de Nina Simone que me acaricia diciéndome que se siente tan bien como yo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario