Se deja ir sin miedo y, a veces, se habla. Se cuenta historias de otros lugares, de otros tiempos, de otras personas, de mundos paralelos en los que toda su vida es tal y como él sueña. Y entonces es cuando se desdibuja a si mismo para poder imaginarse en otras situaciones. Y sonríe.
Nadie sabe por qué sonríe, a nadie le importa en realidad por qué lo hace. Pero él continúa haciendo de su mundo un sueño, haciéndose feliz.
Aparece y desaparece tantas veces, con tantos nombres e historias distintas que hay gente que ya no recuerda su verdadero nombre. Algunos quizá no llegaron ni a conocerlo y tampoco se lo han preguntado.
Pero yo si, yo conozco el nombre que se esconde detrás de todos esos cuentos. Y me lo imagino creando nuevos sueños, vete tú a saber dónde, dejando a su mente volar libre.
Tratando de huir de una realidad que lo ahoga, de unos sentimientos que lo atosigan y no le dejan respirar. Escapando de una situación que le ha sido impuesta y que no le gusta, una realidad de la que solo puede deshacerse viviendo en miles de universos paralelos a la vez.
Él, que sueña despierto dejando su vida suspendida en el vacío por unos instantes, decía que yo le hacía falta para ser feliz.
¿Y ahora?
No hay comentarios:
Publicar un comentario