Siempre habrá putas que sean auténticas princesas.
Y princesas que no podrían ser más putas.
Y princesas que no podrían ser más putas.
Pero, ¿quien son ustedes para juzgarlas? ¿Pueden enfrentarse a las puertas cerradas con sentido del equilibrio y racionalidad?
Permitanme que lo dude. Por que siempre podrán jugar a que no son más que máscaras.
Permitanme que lo dude. Por que siempre podrán jugar a que no son más que máscaras.
Y yo, queridos amigos, he de disculparme pero prefiero pecar a llorar.
Y me vuelvo a disculpar por escribir mis pecados y no mis tragedias.
Y me vuelvo a disculpar por escribir mis pecados y no mis tragedias.
Quítense la máscara de racionalidad, que a nadie le importa lo que puedan fingir.
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