Behind.

Un trozo de espejo, un vaso con agua, una canica que no sabe girar, unos gritos envasados al vacío que nadie quiso nunca escuchar, una mirada en una cámara de fotografía, una gran bola de cristal que refleja el cielo, un arcoiris pintado en un trozo de servilleta, dos palabras escritas con rotulador en el marco de una puerta, un nombre, una sonrisa, una canción, siete frases de siete palabras, miles de listas de cosas que nadie entiende;
papel y un bolígrafo.

miércoles, 1 de agosto de 2012

Y por dentro.

Se dedica a perderse en cada poro de su piel, cada instante y cada latido se le antojan únicos. Y como un sueño desdibujado recorre con la llema de los dedos su espalda, para calmarla porque ella llora.
¿Y por qué llora? No lo saben, ninguno de los dos lo sabe.
La mira como si fuera una flor de papel, sin saber qué hacer o decir para acallar sus sollozos, frenar sus lamentos y hacerla sonreír. Hubiera matado por verla sonreír.
Con suavidad, acercándose despacio y casis sin sentirse capaz de respirar, posa suavemente sus labios en la mejilla de ella mientras, con sus manos, busca las de ella. Y las encuentra, las tiene apoyadas en las rodillas, entrelazadas y temblorosas. Las agarra flojo, pero firme. Sin hacerla daño, pero tratando de transmitirle la mayor serenidad posible.
¿Por qué llora? ¿Por qué no habla? Quizás él también quiere llorar, a lo mejor él tampoco encuentra motivos para llorar, para estar mal, para querer pegarla a su cuerpo como si temiera que fuera a escaparse. Quizás, si ninguno ha abierto la boca aún es porque no hay ninguna palabra capaz de describir esa extraña sensación que ambos tienen. El agobio y el ahogo de no controlar las situaciones.
-Te quiero... Sé que lo sabes, pero a veces es bueno que te lo recuerde ¿no?
Ella levanta la cabeza, con los ojos enrojecidos. Le mira y espera, no a que diga algo más, no a que la bese, ni a que la abrace, no. Solo espera a que sonría y confirme sus palabras.
Acaricia su mejilla con el dedo pulgar, le tiene tan cerca. Le siente tan suyo.
Poco a poco va incorporándose, acercándose y abrazándose a él.
-Siento no poder decirte todas las cosas que quiero que sepas, siento que me veas llorar, pero lo que más siento es tener la sensación de que todo se tambalea porque no soy lo que necesitas, lo suficiente...
Con los labios muy cerca de su oído, deja caer esas palabras esperando que sepa leer entre líneas, que entienda lo que quiere decir y se abraza a él con más fuerza.
-... no quiero que me dejes sola, te quiero cerca. Te amo.
Y, correspondiendo al abrazo de ella, acariciando su pelo, besando su frente, se echa a llorar, sin poder aguantar más la presión que supone verla desvanecer.
Ella no quería que él le jurara amor eterno, no quería qe fuera suyo, no quería convertirse en el centro de su vida. Le bastaba con eso, un "te quiero" sutilmente abandonado a su oído y un abrazo cálido como el primero y único como todos.
Desliza su mano hasta la mejilla de ella y la atrae hacia sí, al tiempo que seca sus lágrimas.
La besa. La besa y ya no importa nada, ya no existe el mundo alrededor. Ya no hay nada que no sean ellos y su pequeño espacio.
Se miran y sonríen. Son felices y lo saben.


"Llévame a ese lugar dónde no volvamos a estar tristes."

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