-Pienso enfrentarme a ellos sin armadura ni espada.
-¿Cómo?
-Lo que escuchas. Nada de nada, saldré desnuda y les gritaré a esos malditos hijos de puta que no han podido conmigo.
-¿Estás loca o qué? ¿Cómo vas a salir desnuda?
-Pues eso, sin ropa y salien...
-¡Menos cinco grados, hay una maldita tormenta de nieve y Madrid se está tiñendo de blanco!
-¿Y?
-¿Cómo qué "Y"?
-Pues eso. ¿Qué más te da?
-No quiero que tengas frío...
-...queriendo decir "no quiero que nadie que no sea yo te vea desnuda." ¿Cierto? No respondas, ya se lo que vas a decir.
-Eres demasiado bonita como para que ellos te vean. No van a saber apreciarte.
-¿Celos?
-¿Celos de qué?
-Tú nunca me has visto desnuda.
-Nunca me has dejado hacerlo.
-No importa, callate y ven.
-¿Ir? ¿A dónde?
-Quiero que seas el primero en verme sin espada ni armadura.
-¿Quieres decir...?
-Desnuda.
-¿Y después?
-¿Después qué?
-Me dejarás acariciarte, supongo.
-Solo si te desnudas conmigo.
-¿Y si luego no puedo frenarme y decido hacerte mía?
-Tú ven. De eso nos ocupamos más tarde.
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