Giralunas y Gorros Azules.

Y con las últimas luces de la tarde apareció de nuevo el Giraluna.

"Perdona, ¿pero porque dejastes que sucediese?"

"¿Vaguería? Si no me das más pistas no podré saber nunca de qué decisión tomada o situación me hablas."

Y la Chica del gorro Azul miente. Si sabe de qué la están hablando ¿Cómo no va a saberlo si es ella, una vez más, quién a provocado el reencuentro de los raros? 

"Sabes quien soy y quien pude ser, el resto, palabras en el aire con olor a remordimiento y falacias."

"No creo en el remordimiento. Mi conciencia nunca había estado tan limpia." 

Le habla, como siempre, desde el orgullo. Desde su lado de actriz, casi dejando relucir la parte más retorcida de su enrevesada mente. Esperando una reacción violenta y agitada pero él... él siempre mantiene la calma.

"Tranquila, lo que dañas es lo que enseñas, he aprendido, el amor es un juego de tontos y afortunados, y falto de suerte y más imbecil que tonto, acabé reconociendo que no debería haberte dedicado tantas palabras ni tantos pensamientos."

"Al final, la clave de todo no es "me arrepiento de" si no todo lo contrario. ¿Para qué decir que no deberías haber hecho algo que en ese momento si querías hacer? Arrepiéntete de lo que has hecho, no de lo que has dejado de hacer.  "

No, no era eso lo que quería decirle. No es fácil adivinarse a uno mismo cuando se está eligiendo cada palabra con cuidado de no dañar tanto como se podría, y a veces tanto como se querría. Pero sabe lo inapropiado que sería, dadas las circunstancias usar las palabras que tantísimo a guardado. 

No, no. Mejor esperar. Tratar de averiguar los por qués de ambos y no precipitarse. Siempre será un juego para ella. 

"Debo arrepentirme de lo que no he hecho, y de lo que he hecho con personas, las cuales no merecían la pena."

"¿Jugar a ser un desgraciado y vivir arrepentido de todo es divertido?" 

Si no fuera porque sabe que se envenenaría, se mordería la lengua. A veces se pregunta cómo puede ser tan jodidamente desagradable. Nunca encuentra la respuesta y continúa.

"¿Esconder la suciedad debajo de una alfombra lo es?"

Ha dado en el clavo, se plantea no responder. Dejarlo estar y es entonces cuando...

"No me gustan las alfombras si no son voladoras.

Explícate, se claro. Conmigo no puedes andarte con rodeos y ya deberías saber que no me gustan."

Está molesta, herida en su orgullo y en su falsedad. Intuye lo que ha querido decir. Pero le molesta que no sea tan claro como debería. Y chasqueando la lengua maldice a los giralunas.
Espera la respuesta de él. Hacia tiempo que esa persona no le impacientaba, comenzaba a enervarse, a ponerse nerviosa. Pero nadie puede desarmar a la Chica del gorro Azul.
Y 20 minutos despues decide mandarle a la mierda otra vez. Abandonarlo del lugar del que nunca debería haberlo sacado. Del único sitio en el que el Giraluna de merece estar, el olvido de ella.

"A lo mejor soy una zorra ególatra. Pero hubo un tiempo en el cual hubieras dado cualquier cosa por pasar una sola noche conmigo en mi cama y eso te jodes y te lo comes solito."