Behind.

Un trozo de espejo, un vaso con agua, una canica que no sabe girar, unos gritos envasados al vacío que nadie quiso nunca escuchar, una mirada en una cámara de fotografía, una gran bola de cristal que refleja el cielo, un arcoiris pintado en un trozo de servilleta, dos palabras escritas con rotulador en el marco de una puerta, un nombre, una sonrisa, una canción, siete frases de siete palabras, miles de listas de cosas que nadie entiende;
papel y un bolígrafo.

martes, 19 de junio de 2012

Crisis de Ansiedad.

-Eres una de esos adolescentes que son hacen un mundo de cosas realmente insignificantes. ¿De verdad has sido capaz de pasarte la noche entera llorando y no sabes el por qué?
Yo estaba ahí contigo, escuchando tus soyozos, notando tus latidos acelerados y viendo como las lágrimas rodaban de tus ojos hasta la almohada.
Oía tus pensamientos, cada uno con una dirección distinta pero todos te atravesaban el pecho dificultando tu respiración y haciéndote caer en lo más profundo de tu propia tristeza. Incapaz de reir, ni de hablar, ni de moverte. Cualquier gesto desencadenaba más lágrimas.
Recuerdo tus sensaciones y como rebotaban en las paredes de tu cabeza hiriendo la mía; "No soy suficiente", "Me estoy quedando sola", "Te necesito...", están todas ahí, grabadas en tu almohada y en mi memoria.
Debería haberme tumbado a tu lado y haberte acariciado para ayudarte a dormir, o para ayudarte a encontrar el desencadenante de tanto sofoco. Pero no me sentía capaz, no parecías querer mi ayuda, si no la de otro. Pero no te atreviste a llamarle, a pedirle ayuda, a dar señales de tu angustia. Y ese es un error con el que cargaste toda la noche y que aún arrastras. Eres estúpida.
Pero yo no tengo que machacarte con algo que ya te pesa bastante sin que yo haga nada y eso no te ayuda a estar mejor.
Imagínate como estabas que recurriste a la única persona en el mundo a la que puedes ser capaz de odiar, imagínate como era la situación que no podías dominarla por mucho que lo intentaras ¿Comprendes ahora lo que te pasaba? ¿Entiendes hasta que punto te pusiste en riesgo a ti misma?
Lo triste es que sabes que hubiera calmado todo, que hubiera puesto las cosas en su sitio. ¿Demasiado orgullo, de nuevo?
Y ahora que todo debería ser solo un recuerdo, todavía te sientes mal. Tienes esa culpabilidad en la cabeza que te está matando. Como un dolor punzante, como un martilleo permanente que te hace recordar como si fuera un bucle, lo que pasó anoche.
¿Por qué?
-No lo sé. Pero no quiero volver a llorar sola.

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