Como pesa todo cuando no hay palabras que expliquen tus "quizás" ni tus "porqués".
Llámalo falta de sueño, llámalo ganas de estar con alguien que te falta. No lo sé, puedes darle todos y cada uno de los nombres que quieras. Eso no hará que lo entiendas mejor ni que las cosas cambien a bien. Eso solo hará que el mal estar, que aquello que te aflige tenga un nombre; el que tú, desesperado de todo y todos, has decidido darle.
Una canción suena, el rasgueo contínuo de una guitarra en tu cabeza llena de mierda y vacía de todos.
Podrías pasarte el resto de las horas de la noche soñando con la playa, con un beso, con un abrazo, con una sonrisa o una palabra cualquiera que te haga verlo todo al revés; todo en su sitio. Cada segundo pesa y se clava en tu cabeza, que molestia más estúpida.
Os quiero mucho a todos, os dedico palabras que ya no entendéis. Quizá sea verdad que estoy del todo majara y que las cosas no van a cambiar mientras yo no acepte que lo que tengo es que despedirme de mi deliciosa locura. Cuando las noches dejen de ser en vela y los días comiencen a brillar por mi ausencia. Entonces si, tal vez entonces todo vaya bien.
Pero me temo que no podré complaceros, que estoy demasiado bien en mi demencia, que es tan infinitamente mía a pesar de todo. Porque mañana me despertaré como siempre y brillando con luz propia podré afirmar con toda seguridad que el calor de la locura me llega hasta el fondo. Me satisface más una risa que empatiza con mis palabras de demente que miles de libros de gente "leída y escribida". Acabaré como siempre derivando en un "yo" que se asemeje a mis espectativas en lugar de atender a las vuestras.
En lugar de comerme el tarro por lo que esperáis de mi, por lo que deseáis que sea.
Lo siento mucho si soy como soy y si os pica y no os rascáis.
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